Quizá muchos de vosotros no se esperaban esto. Pero como ha habido gente que me lo ha pedido, y también me ha sorprendido que algunos esperen con muchas ganas esta historia, he decidido escribirla. Sed conscientes de que llegará en manga, pero de momento os dejo con esto, ya que no tengo tiempo ni medios para hacer el manga (especialmente porque el ordenador se me ha estropeado y no puedo poner tramas a mano). Espero que os guste este primer capítulo.
En primer lugar os aviso de que esta historia está dividida en Past Days, Present Days y Future Days, así que estad atentos de a dónde pertenece cada capítulo, para así no liaros. Esto lo decidí así para poder contar las cosas como a mí me parece que sean oportunas. Haré muchas referencias a la llamada del prólogo, y de hecho en más de una ocasión se repetirá la escena, así que atentos a eso.
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historia si os gusta a otras personas que pensáis que la pueden
disfrutar.
~Capítulo 1: El autor nuevo~
[Present Days]
Taiyou Takamura, de veinticinco años de edad, trabajaba como
editor de literatura en la editorial RED Scarlett Books,
presidida por su viejo amigo Shinji Tsukishiro.
Amante de los libros desde pequeño, se había empapado de la
literatura como ningún otro, y a pesar que una persona así suele
quedarse como profesor de investigación en las universidades, a él
sólo le importaba tener a su disposición libros y más libros para
poder leer y disfrutar del placer que le proporcionaba la lectura. Su
obsesión era precisamente lo que lo había llevado a trabajar en la
editorial de su amigo. Pero no se debe pensar que Taiyou sólo se
sentía obsesionado con la literatura; en absoluto, puesto que su
mente la mayor parte del tiempo estaba ocupada por los recuerdos de
su amiga Momoka Hatori, de la que estaba profundamente enamorado
desde que tenía cinco años de edad a pesar de que hacía ya siete
años que no sabía nada de ella. Él nunca podría olvidarla. Debido
a esto, Taiyou jamás había tenido novia, lo que acrecentaba que
fuese el blanco de las burlas de sus compañeros, ya que el ser el
novato en la compañía había supuesto desde primera hora ser el
hazmerreír de todos ellos, y su carácter, poco simpático y
susceptible, no ayudaba en absoluto, más bien al contrario, y
llevaba a que a menudo sus compañeros le encasquetaran a él su
trabajo, provocando que Taiyou montase numeritos en mitad de la
compañía.
En ese momento Taiyou se encontraba de pie con los brazos cruzados
frente a Shinji, el cual estaba sentado en su escritorio
tranquilamente con los dedos entrelazados y la barbilla apoyada sobre
ellos.
— ¿Y cuál es problema exactamente? —preguntó Shinji.
— ¡¿Cómo que cuál es el problema?! ¿Desde cuándo las
novelas ligeras pueden considerarse realmente literatura? ¿Por qué
tengo que encargarme de un autor nuevo que escribe novelas ligeras?
Shinji lo miró.
— Alguien tiene que hacerse cargo —Taiyou parecía querer
gritar—. Aquí tienes los datos del autor; ponte en contacto con
él.
— Ella —respondió Taiyou—. Esto sin duda alguna lo ha
escrito una mujer.
— La única razón por la que estás tan molesto es porque trata
de amigos de la infancia.
Taiyou cogió el manuscrito, malhumorado. Shinji había dado justo
en el clavo.
— Ponte a trabajar —dijo antes de salir por la puerta.
— Sí, sí... —respondió su amigo, suspirando.
De camino a su escritorio, se cruzó con un compañero de
departamento.
— Ah, Takamura-kun, ¿bajas a comer con nosotros?
— Ah, no, ahora mismo no puedo. Tengo que llamar a un autor por
la fecha de entrega. Se está retrasando y necesito saber si es que
tiene algún problema. Bajaré más tarde.
— Como quieras —respondió el otro encogiéndose de hombros—.
Te esperamos abajo.
— Vale.
Taiyou se sentó frente al escritorio, cogió el teléfono y
empezó a marcar números.
— Ah, sí, soy Taiyou Takamura, de la editorial RED Scarlett
Books. ¿Se encuentra el señor...?
— Aquí tiene —respondió ella.
La peluquera que estaba en el mostrador cogió el dinero, y Momoka
Hatori, de veinticinco años de edad, salió por la puerta medio
corriendo.
«¡Mierda!»
pensó «¡Hoy era cuando
llegaba Hiroki! ¡Si me retraso un poco se enfadará conmigo! ¡Sobre
todo si es por cortarme el pelo!». A pesar de su nerviosismo, Momoka
se sentía feliz. Hacía mucho tiempo que no veía a Hiroki, y estaba
feliz de que volviese. Bueno, en realidad, era mucho tiempo para
ella, pero en realidad sólo hacía una semana desde que Hiroki se
había ido de viaje de fin de curso. Momoka corrió con todas sus
fuerzas, y se detuvo frente a un instituto. Jadeando, divisó a un
muchacho de pelo castaño claro, bastante alto y de complexión
atlética.
— ¡Hiroki! —gritó alegremente.
El chico se volvió hacia ella. Y le sonrió mientras corría a su
encuentro.
— ¿Vamos a casa? —preguntó, y ella asintió.
— ¿Qué tal el viaje? —dijo ella mientras empezaban a andar.
— Bien, todo bien. ¿Momoka?
La muchacha estaba mirando a un grupo de señoras que cotilleaban
mientras los miraban a ellos dos.
— ¿Habéis visto? —susurraba una de ellas.
— Es evidente que es un menor de edad. ¿No le da vergüenza a
esa mujer?
— ¿Cuánto pueden llevarse de edad? ¿Diez años?
El chico, al ver la mueca amarga de su acompañante, suspiró y se
acercó a las mujeres y dijo con una sonrisa para nada amable:
— Ya que les importa tanto cuántos años nos llevamos, les diré
que nos llevamos ocho, señoras. ¿Cuántos se llevan ustedes con sus
hijos? ¿Charlan de ustedes mismas por ir con sus hijos por las
calles y las llaman pederastas, indecentes e incestuosas? —La
sonrisa de Hiroki despareció—. Métanse en sus asuntos.
El chico había dejado a las mujeres completamente calladas.
— Ya no dirán nada más de lo que no sepan —informó el chico
a Momoka.
Ella sonrió.
— Gracias.
— No hay de qué. —Hizo una pausa y empezó a mirarla mientras
caminaban—. ¿Cómo tienes el brazo?
Ella evitó mirarlo y sus ojos se abrieron, sorprendida por la
pregunta. Luego trató de disimularlo con una sonrisa.
— Bien, está bien.
Él desvió la mirada.
— Y has vuelto a cortarte el pelo.
— Ah, te has dado cuenta.
— ¿Te crees que soy estúpido? ¡Y después de todo lo que te
hizo ese cenutrio, tú sigues enamorada de él! —exclamó, molesto.
— Eh, no insultes a Taiyou. Es un buen chico —contestó
sonriendo.
— Eh, a ti nunca te dio clases particulares, ¿verdad? Ese tipo
te lanzaba todo lo que tenía a mano si te distraías. —Ella empezó
a reír—. Eh, no tiene gracia. —La chica seguía riendo—.
Sigues enamorada de él, ¿verdad? —susurró con tristeza.
— Sí —respondió—. Veinte años de sentimientos no se
olvidan de la noche a la mañana. Y más después de enterarme qué
había pasado en realidad.
Hiroki suspiró.
— ¿Qué pasaría si volvieras a encontrarte con él? —preguntó.
— No lo sé —se detuvo y bajó la mirada—. Supongo que
huiría... Con todas mis fuerzas. Quiero verlo, pero tampoco quiero
enfrentarme a la realidad. Después de todo... él ya debe de tener
novia... Si lo viera ahora, me sentiría muy mal. No quiero pensar
que otra persona lo hace feliz...
Hiroki desvió la mirada.
— Oye, vamos a recoger tu vestido para la boda.
— Ah, sí, es verdad; llamaron para decirme que ya estaba.
— ¿Y qué vamos a cenar esta noche? ¿Lo sabes ya?
— Ah, pues...
Taiyou caminaba por la oficina malhumorado. De nuevo sus
compañeros de departamento habían estado riéndose de él.
— «¿Nunca has tenido novia, Takamura-kun?», «¿Sigues siendo
virgen?» —repetía—. ¡Idos ya al cuerno! ¡¿Qué sois?!
¡¿Críos de Secundaria?! ¡¿Marujas cotillas?! ¡Venga ya!
—gritaba.
La gente de la oficina se le quedó mirando , pero eso no pareció
importarle en absoluto al muchacho, quien se dejó caer con toda su
rabia sobre la silla. En ese momento un chico que había entrado casi
a la vez que él en la empresa, chocó contra el escritorio de
Taiyou, haciendo caer uno de los manuscritos al suelo.
— Ah, lo siento —se disculpó, apresurándose a coger los
papeles.
— No te preocupes —respondió Taiyou, agachándose también
para coger las hojas.
El chico que había tirado el manuscrito detuvo su mirada sobre
algo que había caído junto con los folios. Una fotografía.
— ¿Quién es? —preguntó.
Taiyou levantó la mirada para encontrarse con la foto justo
frente a sus ojos. Sonrió tristemente.
— Es una vieja amiga de la infancia.
— Por cómo la miras no parece que sea sólo "una amiga de
la infancia".
Taiyou lo miró y le quitó bruscamente la foto, avergonzado.
— Tienes razón —susurró.
— ¿Qué os pasó?
— Dejamos de tener contacto —fue lo único que dijo.
El muchacho no parecía muy conforme, pero se despidió con la
cabeza y siguió con lo suyo. Taiyou se volvió hacia los datos de la
autora de la novela ligera que Shinji había aprobado de manera poco
convencional, y la cual le había sido asignada por puro egoísmo de
Shinji.
— "Taiyou Hatori" —susurró—. Tiene que estar de
broma...
Era demasiada mala suerte que encima esa autora se hubiera puesto
ese pseudónimo. No, no era casualidad. Shinji se la había asignado
precisamente por ese pseudónimo.
Suspiró y empezó a marcar el número de teléfono.
— ¿Diga? —Era una voz masculina sin duda, y para
sorpresa de Taiyou.
— Ah, sí, llamo de la editorial RED Scarlett Books.
¿Podría hablar con Taiyou Hatori?
— Soy yo —respondió.
El muchacho estaba sorprendido. Estaba seguro de que el tipo de
escritura era femenina.
— ¿Usted es el autor de My Almost Girlfriend?
— Así es.
Taiyou no podía creerlo, pero estaba fuera de lugar decirle al
hombre del teléfono que debía ser una mujer quien escribió la
novela.
— Ah, soy Taiyou Takamura, le he sido asignado como su editor.
— Espere, ¿cómo dice que se llama?
— ¿Eh? —la pregunta lo pilló de improvisto—. Taiyou
Takamura.
La persona al otro lado del teléfono calló. Y la incomodidad
invadió a Taiyou, quien abrió la boca para hablar cuando fue
interrumpido:
— Quiero cambiar de editor.
— ¿Eh? Pero...
— Quiero solicitar el cambio de editor. Ya le hablaré de mis
razones. Pero aquí por teléfono no.
Y colgó. Taiyou se quedó perplejo, al principio, y después
colgó el auricular de mala manera.
«¿Pero qué demonios?» pensó. «Yo ni siquiera quería
ocuparme de esta novela» se dijo.
Se dejo caer sobre el escritorio. Cuando de repente vio algo.
— Esta dirección... —susurró.
Esa dirección la reconocería en cualquier sitio. Ahora sí que
no era una casualidad que él fuese el editor, que Shinji insistiese
tanto con esa novela, que pensara desde el principio que era una
mujer quien había escrito esa novela, y el pseudónimo del autor. La
novela había sido escrita por una mujer, y precisamente una a la que
Taiyou conocía desde hacía mucho, mucho tiempo: Momoka Hatori.
Pero... ¿Quién era el hombre que decía ser el autor?
~Fin del capítulo 1~
Spoiler del capítulo 2: Toca un capítulo de Past Days.
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