17 sept 2014

~SMILE: Yuki-chan's Life~ Capítulo 26 (Ver. 1)

Y después de todo el verano sin Yuki-chan, os traigo el capítulo correspondiente a julio. Tiene mucho diálogo, pero espero que lo disfrutéis, aunque no es un capítulo muy interesante.

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~Capítulo 26: Plan desastroso~


Daisuke pegó enseguida la oreja a la pared al oír los gritos de Yuki.
Me haces daño, Kobayashi-san, para... Ah... para, por favor... duele... —se le oía decir.
¿Me harás caso? —se escuchaba a Sora.
Sí, detente.
Daisuke se separó de la pared. «¿Qué demonios están haciendo?» pensó, molesto. En realidad, Sora y Yuki habían tenido sus típicas discusiones absurdas que acababan en ataques de cosquillas. Pero Daisuke había pensado en otra cosa. Sora no le gustaba en absoluto, y que ese chico estuviese viviendo con la pequeña y dulce Yuki lo ponía enfermo. Tanto tiempo había tenido la atención y el amor de la chica que no imaginaba que ella pudiera hacerle tan poco caso en esos momentos y tanto al hombre que vivía junto a ella. A sus ojos, él era el más indicado para ella. Era amante del arte (como ella), tenían una edad similar, y él fue su primer amor, a diferencia del otro joven. «¿Por qué es ahora cuando quiero que me ame y no cuando tuve mi oportunidad?» se preguntaba. No le encontraba lógica al asunto, pero tenía claro que quería recuperar su amor, y que, a su pesar, se sentía celoso de su vecino.
Entonces tomó una decisión.


Alguien llamó a la puerta. Yuki corrió a la puerta y la abrió.
¡Rei-san! —exclamó abrazándolo. Él sonrió y correspondió al abrazo.
He traído bollos de crema —dijo él mostrando una bolsa.
Genial, Kobayashi-san quería que le hiciera dulces, pero el horno se ha estropeado y se está comiendo la masa cruda.
Va a enfermar —susurró.
Lo sé, pero no hace caso.
¡Eh, Sora-kun! ¡Traje bollos de crema! —dijo asomándose al salón.
No me apetece, estoy comiendo esto —dijo mostrando el bol lleno de masa cruda de bizcocho que se comía con una cuchara. Tenía cara de estar bobamente feliz.
Ni siquiera lo deja por los bollos —susurró desesperada.
«Este chico es demasiado simple» pensó el otro.
Eh, Sora-kun, —lo llamó—. Si comes eso, acabarás empachado.
Si acabo empachado seré feliz —respondió.
Cada vez te entiendo menos —contestó ella mordiendo uno de los bollos.
Rei-san sí me entiende, ¿verdad? —se volvió hacia el otro.
Hasta cierto punto sí.
Sois muy raros. —Mordió otro trozo de bollo cuando de repente se abrió la puerta de golpe.
¡Neko-chan! —gritó Daisuke de golpe desde el portal.
La chica se atragantó y empezó a toser. Cuando por fin logró respirar, Sora salió de su shock y le gritó:
¡¿No habías cerrado la puerta?!
¡Pues claro que sí! ¡No soy tonta!
Emm... Perdonad, pero la cerradura está rota —dijo Daisuke.
No jodas. —Sora se levantó y corrió hacia la puerta.
En ese mismo momento, Daisuke aprovechó y agarró de la muñeca a Yuki y la condujo hacia la puerta.
¿Eh? ¿Adónde vamos? —preguntó extrañada.
Hoy tú y yo tendremos una cita —le dijo.
En ese momento pasaron varias cosas a la vez: Sora gritó «¡¿QUÉEEEE?!» mientras hablaba con el cerrajero por teléfono, Rei se atragantó y Yuki palideció mientras que Daisuke la miraba muy serio. No iba a ser capaz de escapar de ahí fácilmente.


Vamos, Neko-chan, sal ya —decía Daisuke.
Yuki se asomó tímidamente.
¿Por qué no puedo ponerme ropa mía en mi casa? Es la de al lado, ¿sabías?
Eso ya lo sé, pero me gustaría que te pusieras la ropa que te he comprado.
La chica se metió de nuevo en la habitación, tapándose la cara con ambas manos.
No puedo salir así —susurró.
¿Pero qué dices? —dijo él agarrándola por la muñeca y obligándola a salir.
Oye, Honey-chan, antes de que te v... —entraba en ese momento Sora, y al verla no pudo evitar enmudecer.
La joven siempre había ido con ropa sencilla, ya fueran vestidos o pantalones y camiseta. Nunca llevaba ropa compleja. De hecho, Sora podía afirmar que la ropa menos sencilla que la había visto llevar había sido su uniforme de bachillerato. Y ahí estaba ella con ropa que Daisuke debió haberle comprado con ayuda de alguna chica, eso no le cabía duda alguna. Pero al muchacho no le gustaba lo que veía. Las sandalias y la minifalda tableada que llevaba no le cubrían apenas las piernas, y él sabía que debía sentirse incómoda con algo tan corto, pues cuando la recogió aquella vez del instituto, llevaba la falda justo por encima de las rodillas.
Espera —dijo, y salió corriendo de nuevo al apartamento.
La chica se giró hacia Daisuke.
¿Qué pretendes con esto? preguntó con voz temblorosa.
Nada extraño.
Entrar en mi casa, obligarme a ir contigo en una cita, tirarme leche por encima y obligarme a ponerme esta clase de ropa, que sabes que detesto, no es "nada extraño".
Sólo quiero tener una cita contigo, ¿tan malo es eso?
Es que yo ya est...
¡Ya estoy! —Llegó Sora de repente—. Toma, ponte esto —le dio a la muchacha unos leggins cortos que debía haber sacado de sus cajones.
«Gracias, Sora-san», pensó sonriendo levemente y se metió de nuevo en la habitación.
¿No crees que te has pasado? —le preguntó Sora.
En absoluto —respondió el otro.
Ambos se miraron con fiereza. Era evidente que el desagrado era mutuo. En ese momento llegó la joven, mucho más calmada y sonriendo.
Bien, pues si eso era todo... —dijo ella intentando ir hacia su apartamento habitual. Daisuke la agarró de una muñeca.
¿Adónde vas?
¿Nos ves que no quiere ir contigo? —Sora estaba irritado.
Daisuke-san, espera, por favor —le dijo la muchacha, pero el otro hizo como el que no oía.
Ella se giró un momento y miró a su compañero de piso con tristeza mientras el otro chico la guiaba al exterior del edificio. Bajó la mirada y luego volvió al frente. Sora, lleno de impotencia, gritó una vez los vio irse:
¡Mierda! ¡Y yo me tengo que quedar aquí esperando al cerrajero!
Sora-kun —dijo Rei tras él—, ve con ellos, yo me quedo aquí a esperar al cerrajero. No me fío ni un pelo. La cerradura no estaba rota cuando yo llegué.
¿Qué? —La cara del chico se descompuso—. ¿Estás diciendo que...?
El otro asintió. El chico sacó dinero de su cartera y se lo puso en la mano al hombre para que pagase al cerrajero junto con las llaves del apartamento.
Gracias.
Y salió corriendo.


Al final no es tan malo salir conmigo, ¿verdad, Neko-chan? —preguntó Daisuke sonriendo.
Supongo..
Pero —La sonrisa del muchacho se esfumó— hemos de cargar con este lastre.
Sora estaba tras ellos, controlando la distancia entre ambos.
¡Eh! ¿No deberías estar en tu casa esperando al cerrajero?
Rei-san se quedó en mi lugar —respondió alegremente el muchacho. Daisuke susurró algo entre dientes—. ¿Decías algo?
¡Nada! —respondió malamente.
A Sora le encantaba la situación. Sentía cómo estaba fastidiando los planes de Daisuke. Quizá había planeado llevarla a algún lugar donde poder aprovecharse de ella de alguna forma.
Voy a por helado —dijo Daisuke, irritado, intentando apartarse del intruso.
¡No te echaremos de menos! —dijo el otro mientras el muchacho se iba echando humo. Yuki se quedó mirando al veinteañero—. ¿Por qué me miras así?
No le hables así a Daisuke-san.
¿Por qué? Tú no querías venir con él hoy.
Sí, pero... —la mirada de la chica se desvió un momento. Acto seguido la chica pareció poner una cara de horror y se escondió entre los arbustos—. Tú no me conoces, y no me has visto —dijo ella.
¿Eh?
El chico giró la cabeza hacia donde la joven había mirado antes de esconderse y vio cómo alguien que podría ser una versión adolescente de Rei canija, pelo más corto y ojos castaños, corría hacia ellos a toda velocidad.
¡Te escondes de mí! ¡Me estás evitando! —gritó el recién llegado frente al escondite de Yuki.
La chica salió de su escondite, con la cara roja por su enfado.
¡Y quién no te evitaría! —le gritó.
¡Hay muchas chicas que no lo harían!
¿Muchas? ¿Por tu cara bonita? ¡Porque por tu carácter no, desde luego!
Emm... Perdonad, pero, ¿quién eres? —preguntó Sora que no se enteraba de nada.
Ambos respondieron a la vez. Mientras que el chico dijo «su novio», ella dijo: «mi ex».
¡Qué vas a ser tú mi novio! ¡Te recuerdo que hace cuatro años que te dejé! —gritó la muchacha.
Cuatro años... —repitió Sora en voz baja, que cada vez estaba más perdido.
¡Sí y no me explicaste por qué!
¡Le estabas comiendo la boca a otra chica!
¡Ese no es motivo para romper una relación estable! ¡Llevábamos ya dos meses!
Relación estable... dos meses... —repetía el otro
¡Ah! ¿No? ¡Te recuerdo que dos meses no son nada! —La chica se volvió hacia Sora—. ¡Este chico es un pichabrava! ¡Perdió la virginidad a los trece años!
Sora estaba a cuadros. Además de no enterarse de nada, que un chico perdiese la virginidad a los trece años le parecía impactante, puesto que él a sus veintiún años aún no había tenido su primera experiencia sexual, al menos no hasta ese punto, y no porque no hubiese tenido oportunidad antes.
¿Quién te contó eso?
¡Tú! ¡Lo ibas gritando por toda la Secundaria! —le gritó ella.
¡En cualquier caso, no me llamas!
¡Cambiaste de número!
¡No vienes a verme! —dijo el chico pareciendo que se quedaba sin recursos.
¡Te mudaste!
¡Cámbiate a mi Instituto!
¡Estoy en la Universidad! ¡Y te repito: NO tengo interés en verte!
¿Qué está pasando aquí? —dijo Daisuke, que llegaba con tres helados—. Reiji Nakamura-kun, ¿ya estás molestando a Neko-chan?
Sato-senpai... —susurró Reiji—. ¡No! ¡No lo estoy haciendo!
¡Sí! ¡Sí lo estás haciendo! —susurró ella.
Eh, Nakamura. ¿Qué te había dicho yo? Que no la molestases más.
Reiji sonrió satisfecho.
Y me lo dice alguien que la ignoró y se puso celoso cuando empezó a salir conmigo —dijo y por alguna razón, el de diecinueve le ofreció los helados.
¡Cállate, cabrito...! ¡Eh! —Daisuke interrumpió a Yuki cogiéndola en brazos, tratando de alejarla de allí antes de que ella hiciese algo indebido.
¿Vienes Kobayashi-san? —le preguntó a Sora.
Ah, claro —respondió sin enterarse de nada.
La chica pataleaba y al muchacho le costaba mantenerla agarrada. Al ver que no le iba a ser fácil soltarse, recurrió a otro método, y aunque lo hizo sin maldad, y sólo con intención de soltarse, a los ojos de la gente no era algo que debiese hacerse en mitad de la calle: se agarró a la espalda de camisa del joven y tiró hacia arriba como si intentase escalar hacia abajo por la espalda del chico. La camisa se subía de manera demasiado evidente, y tras poner lo bastante nervioso al muchacho, y haberlo golpeado (sin querer) repetidamente con sus patadas, consiguió soltarse y salir corriendo.
No les dio tiempo de reaccionar. La chica había salido en menos de un segundo de una tienda de ultramarinos con un paraguas (y sorprendentemente incluso lo había pagado). Lo siguiente que vieron los chicos antes de salir corriendo tras ella fue ver cómo la joven se abalanzaba sobre el adolescente pegándole con el paraguas, y cómo el otro corría para evitar los paraguazos.


Siento lo de hoy, Daisuke-san —se disculpó Yuki.
Discúlpate también con Kobayashi-san.
Lo siento, Kobayashi-san.
Ah, no te preocupes por eso. —Sonrió el chico.
Los tres estaban subiendo las escaleras, y al llegar a arriba, Sora pudo ver cómo estaba Rei apoyado en la puerta.
Te han cambiado la cerradura —le comunicó.
Gracias por quedarte.
El hombre sonrió y se sorprendió al ver que Yuki no reaccionaba al verlo y sólo entraba en el apartamento con un simple «hola». Sora hizo un gesto para quitarle importancia al asunto. Rei asintió y se acercó despacio al muchacho a darle las llaves nuevas.
La rompieron metiéndole un alambre magnetizado —le susurró—. Un trozo se quedó dentro.
Le dejó el trozo de alambre magnetizado en la mano junto con las llaves nuevas; después se alejó mientras el otro muchacho cerraba el puño en el que mantenía el trozo de metal.


~Fin del capítulo 26~

Spoiler del capítulo 27: Van a la playa.



Luna: He tardado en escribir este capítulo, perdonadme. También lo terminé justo después de un examen, así que es posible que contenga muchos errores. Y con respecto a los que os hayáis quedado a cuadros con lo del alambre, es algo que me he inventado yo, sé que en la realidad no se puede hacer eso (risas)

2 comentarios:

  1. Jajajaja no se porque pero daisuke me gusta mas bien ... nada D: ¡Se toma demasiadas confianzas con yuki! 7_7 espero que Sora le de una lección xD

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  2. Fue muy gracioso algunos de los diálogos! :D Mas vale que Daisuke no se acerque mucho a Yuki ¬¬

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